Humanización en fisioterapia

Casi con seguridad se te hará extraño ver este título y tendrás curiosidad por saber de qué va esto de “humanización”. Te lo explicaré lo mejor que pueda y lo entenderás. Pero no sin antes definir, según la RAE (Real Academia Española), las palabras “Humanizar”, “Humanización” y “Humanidad”. Esto te dará una ligera idea de por dónde voy.

  • Humanizar: Hacer a alguien o algo más humano, familiar y afable.
  • Humanización: . Adquisición de características más humanas y más amables.
  • Humanidad: Sensibilidad, compasión, bondad hacia los semejantes. 

Y, según la OMS (Organización Mundial de la Salud) "Un sistema sanitario humanizado es aquél cuya razón de ser es estar al servicio de la persona y, por tanto, pensado y concebido en función del hombre. Para que esto se realice debe ser un sistema sanitario integrado, que proteja y promueva la salud, que corrija las discriminaciones de cualquier tipo, que dé participación  al ciudadano en el mismo y, en definitiva, que garantice la salud de todos los ciudadanos en su concepción de estado completo de bienestar físico, mental y social”

Para una buena humanización, sería necesario:
  •  Atención centrada en la persona
  •  Calidad del trato personal
  •  Información suficiente y adecuada.
  •  Comunicación comprensible.
  •  Confianza y seguridad.
  •  Continuidad de la atención
  •  Accesibilidad externa e interna
  •  Confort de las instalaciones.

En la atención sanitaria importa tanto lo que se hace como la forma en que se hace. Como señaló alguien, "algunos profesionales tratan enfermedades, otros tratan a personas que tienen una enfermedad. No es lo mismo". El paciente que sufre y solicita ayuda no puede reducirse a una patología, y su situación anímica, sus circunstancias concretas, su contexto personal son parte del problema.

Hoy en día, debido a excesiva carga de trabajo de los profesionales sanitarios, entre ellos, los fisioterapeutas, en numerosas ocasiones no nos paramos a pensar que delante de nosotros hay una persona con una cierta patología física, la cual debemos intentar solucionar, pero no tenemos en cuenta que ese dolor puede estar causado por un estrés laboral o un acontecimiento grave familiar, etc. Por tanto, lo primero que se debería hacer es escuchar al paciente, dejarle expresarse con sus palabras y que nos cuente cuándo y porque apareció ese dolor. Me he encontrado en mi trabajo diario con gente que me dice que en las consultas apenas le dejaron expresarse para contar su dolor. En este caso me pregunto ¿Como sabremos lo que le pasa al paciente si no le dejamos hablar? El paciente necesita ser escuchado para fomentar la confianza en los profesionales y mejorar así la eficacia del tratamiento. Debemos explicarle lo que le pasa en un lenguaje que él entienda, informarle de lo que le vamos a hacer para tratarlo, por supuesto, todo esto con privacidad, centrados en nuestro paciente sin que escuchen terceras personas, excepto familiares cuando se requiera o en el caso de que el paciente no esté en condiciones de explicarse.


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