Dolor de cabeza
Casi con seguridad, me atrevería a afirmar que alguna vez en tu vida, o quizás más de una, te ha dolido la cabeza y, por supuesto, en más de una ocasión te preguntarás porqué te duele. Antes de nada, ten en cuenta que esto te puede ocurrir por varios motivos, los cuales habría que estudiar, diagnosticar y tratar correctamente, pero en este caso voy a referirme solo cuando la causa es la alteración de la musculatura cervical, bien sea por contractura, acortamiento, tensión, etc. de dichos músculos, una vez que ya hemos descartado otras patologías
Observo cada día en mi trabajo, que hay gente que no relaciona el dolor de cabeza con alteraciones de la musculatura del cuello y comentan: "me duele la cabeza pero no me duele el cuello". La ausencia de dolor cervical, no significa que el origen del dolor no esté en ese punto.
Lo más frecuente que veo cada día es la contractura muscular. Estos músculos están "endurecidos" y con falta de elasticidad, por tanto los movimientos estarán más limitados y las articulaciones más compactadas entre sí, lo cual disminuye los agujeros por donde salen los nervios cervicales. De ahí que aparte del dolor de cabeza correspondiente, se te duerman también los brazos.
Las causas más frecuentes que pueden alterar el correcto funcionamiento cervical son variadas:
- Traumáticas por cualquier alteración de las estructuras del cuello.
- Posturales. Posiciones inadecuadas que provocan tensión, estiramiento de los ligamentos y nervios.
- Estrés que aumenta las tensiones y la rigidez de cuello.
- Hipermovilidad de las articulaciones de la columna cervical.
- Alteración en las curvaturas de la columna a este nivel.
- Carga de pesos excesiva sobre la espalda o sobre los brazos.
- Posiciones mantenidas mucho tiempo.
- Sentarse correctamente, con la cabeza y hombros alineados y con zona lumbar apoyada.
- Evita mantener posiciones de forma prolongada, haz descansos de unos minutos.
- Realiza estiramientos periódicos de cuello muy suaves.
- Aplicar calor local seco para aliviar las tensiones.
- Vigilar que la almohada sea la adecuada.
- Evitar dormir boca abajo.
- Acudir a tu fisioterapeuta con cierta periodicidad para un tratamiento adecuado.
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