Un porcentaje muy alto de gente, sufre o ha sufrido alguna
vez, dolor fuerte en la zona de cuello, nuca, hombros y que en algunas
ocasiones puede llegar a la punta de los dedos, también con hormigueos que
pueden ser más o menos frecuentes o que depende de cual sea la posición que
tenga tu cuello, será más o menos molesto.
Casi con seguridad, me atrevería a decir que tú estás entre
esa gente que en algún momento ha tenido dolor cervical, incluso quizás en más
de una ocasión y seguramente te has preguntado por qué duele, si tú no has
hecho nada para que este dolor ocurra. Bien, pues eso es lo que tú crees, que
no has hecho nada, que no has cogido pesos, que no llevaste golpes, etc., y puede
que sea cierto pero eso significa que no tienes en cuenta la forma de tratar a
tu cuerpo cuando eras más joven; los pesos excesivos, las posturas forzadas,
algún golpe aislado… Todo eso tiene repercusión a largo plazo, es decir, si
antes has hecho esfuerzos ahora tu cuerpo te está “pasando factura” y por eso
ahora te duele como consecuencia de aquellos excesos. A esto habrá que sumarle
el desgaste de los huesos propio de la edad, lo que conocemos como “artrosis”. También
es verdad que puede que haya otra causa de dolor cervical reciente, lo cual
sería un agravante de lo que acabo de explicar.
Por tanto, la mayoría de los dolores de cuello son por una
mala higiene postural, bien sea delante del ordenador, bien sea durmiendo, bien
sea por trabajos que requieran mirar hacia abajo o hacia arriba durante mucho
tiempo. Y para evitar o retrasar las molestias cervicales es muy importante
cuidar esa higiene postural. Una buena postura para el cuello es mantener
siempre la vista en horizontal. Nuestra tendencia es caminar mirando
ligeramente hacia abajo y así se debilitan los músculos posteriores del cuello.
Evitar movimientos bruscos para evitar mareos y otras molestias A la
hora de dormir, buscar almohada adecuada, que nos permita mantener la cervical
alineada con el resto de la columna.
Te recomiendo aquí una serie de ejercicios sencillos que debes realizar cada día y así evitarás molestias innecesarias. Siéntate en una silla correctamente frente a un espejo para vigilar que tu postura sea adecuada. A partir de esta posición:
- Lleva la barbilla al pecho lentamente, mantén ahí 5 seg y luego vuelve a la posición inicial.
- Inclina la cabeza a cada lado, llevando la oreja al hombro, no al revés. Los hombros no se elevan.
- Gira el cuello a cada lado, intentando no girar los hombros. Espalda apoyada.
- Con la cabeza mirando al frente, eleva los hombros hacia las orejas y vuelve a la posición inicial.
- Haz círculos con los hombros hacia adelante y hacia atrás para mover los músculos del cuello.
Cada ejercicio se debe realizar todos los días 10-15 veces, muy lentamente y cuidando mucho la posición de partida porque es igual de importante que el ejercicio en si mismo. Después, al final, haz uno pequeños estiramientos, como se indica en la imagen.
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